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3 de diciembre de 2025La posibilidad de un acuerdo para la salida pacífica de Nicolás Maduro vuelve a aparecer en el radar geopolítico, aunque en un contexto de máxima tensión. Según reportes recientes, la administración del presidente Donald J. Trump ha intensificado su presión sobre el mandatario venezolano combinando medidas políticas, operativas y una exhibición de fuerza militar inusual en la región.
Un despliegue militar que cambia el cálculo político
Fuentes de defensa confirman que Estados Unidos ha movilizado más de 15.000 soldados en el Caribe, acompañados por un portaaviones y unidades navales estratégicas, un gesto que evidencia que la presión de Washington ya no se limita a sanciones económicas o diplomáticas.
Paralelamente, se han reforzado las operaciones contra redes de narcotráfico que, según el gobierno estadounidense, mantienen vínculos directos con el régimen de Maduro. La combinación de ambos frentes —militar y judicial— busca elevar los costos de permanencia del chavismo en el poder.
La respuesta de Caracas: “terrorismo psicológico”
Desde el Palacio de Miraflores, Maduro ha denunciado estas maniobras como “terrorismo psicológico”, advirtiendo que el cierre del espacio aéreo anunciado por EE. UU. constituye una “agresión unilateral que viola la soberanía de Venezuela”.
El gobierno venezolano sostiene que estas medidas afectan de forma directa a la población civil:
- dificultando el ingreso de suministros esenciales,
- restringiendo la movilidad aérea internacional,
- y aumentando la inestabilidad regional.
¿Hay margen para un pacto?
Aunque el primer ultimátum de Washington no desembocó en un acuerdo formal, funcionarios estadounidenses aseguran que la vía negociada no está descartada. Esto sugiere que la posibilidad de un pacto para la transición o la salida pactada de Maduro sigue abierta, siempre bajo condiciones estrictas que aún no han sido resueltas.
En otras palabras, el tablero diplomático no está cerrado: mientras la presión militar y judicial aumenta, las negociaciones continúan en la sombra, dejando abierta la pregunta de si el régimen cederá antes de que la tensión escale aún más.


